Abel Pintos: "Mi vida fue un reality"
El favorito de Extra Show
La gente lo eligió en una votación en Clarin.com y redes sociales. A los 30 años, celebra 20 de carrera en el pico de popularidad.
Más de 2200 personas te votaron como el favorito de esta semana. ¿Te sentís un elegido?
Me hace feliz que la gente me elija, para escuchar mi música o para leerme en un reportaje. Me están permitiendo, de alguna forma, ser parte de sus vidas.
Gran parte de tus votos llegaron a través de Facebook y Twitter. ¿Sos fan de las redes sociales?
Me divierten mucho. Ayudan a desmitificar. Comentar la felicidad que te da tocar en un estadio lleno es genial. Pero al otro día, decir que tenés dolor de muela te humaniza.
Tenés 30 años y 20 de carrera. Prácticamente, tu vida fue la música.
Sí, mi vida fue un reality. La gente me dice: "Me acuerdo de vos cuando eras chiquito'. Y la música fue la forma de vida que yo elegí desde chico. Después se convirtió en mi trabajo. Yo sé, igual, que voy a forjar el resto de mi vida alrededor de esto.
Si ese Abel chiquito se encontrara con quien sos hoy, ¿cómo te vería?
Me envidiaría, probablemente. Porque yo soñaba con hacer todos los días lo que hago hoy. Es genial.
¿Creés que funciona así, que lo que se desea mucho, se cumple?
Bueno, a eso de 'lo que deseo lo consigo' ahora le llaman ley de atracción. Antes, quizás, fue la fe. Y pareciera un proceso natural que no queremos terminar de entender. Tu mente genera un montón de pensamientos y tu corazón un montón de deseos. Vos podés elegir en cuál hacer foco y vivir para eso. Y ocurre.
¿Hubo momentos difíciles o disfrutaste todo el camino hasta hoy?
Trabajé mucho para lograr todo lo que tengo hoy, pero no es que sufrí 20 años hasta que llegué acá. Cada momento fue el mejor momento para mí.
Antes mencionabas la palabra envidia. Pero es difícil relacionar eso con tu personalidad.
Si es que existe una envidia sana, sería una envidia sana. Si no, quizás, podría decir que el Abel chiquito me admiraría.
En tu carrera, ¿cuál sería el equivalente al 'gol a los ingleses' de Maradona?
El día que escribí mi primera canción, Sueño dorado. Era algo que no consideraba. Nunca fue un proyecto para mí escribir canciones. Y eso, la verdad, provocó muchas cosas en mí.
¿Te considerás un buen letrista?
Empecé a escribir sin haberlo planeado y fue grandioso, una libertad emocional absoluta. A partir de ahí, respeté esa norma para siempre. No me siento a escribir canciones. Escribo cuando algo pide una expresión. No le tengo miedo al papel en blanco. Y si no, me dedicaré a escribir covers. No me voy a sentar a escribir canciones, en una especie de ingeniería musical.... No. Nunca.
Intuyo, entonces, que no te llevás muy bien con las rutinas. ¿Es así?
No... (se ríe). En realidad, todos los días vocalizo cuando me levanto. Lo hago a diario, pero nunca igual. Y un poco de eso es en todo.
Pareciera que tenés todo lo que querés. ¿Te quedan ambiciones, sueños por cumplir?
¡Claro! Los demás pueden decir: 'Ya está, ya llegó... Ahora que sólo se dedique a hacer shows'. No. Hoy más que nunca es el momento para aprender. Tengo todas las posibilidades y las herramientas.
El 8 de noviembre vas a cantar el estadio Único de La Plata. ¿Después vendrá un River, por ejemplo?
Es que en River pasaron muchas cosas, y en el estadio Único no tantas. Pareciera que está reservado para las bandas de afuera, y queremos cambiar eso. Es un desafío.Además, yo me vine de Bahía Blanca, donde nací, a Buenos Aires. Mi primer teatro lo llené en el interior, y luego en Capital. De alguna manera, tocar en La Plata es respetar eso, porque está en la provincia. Es simbólico.
En medio de las giras, ¿encontrás momentos para vos?
Sólo en el tiempo de descanso. Eso no significa que duerma todo el día. Trato de no hablar mucho, porque me cansa más que cantar. Leo mucho... Y en ese momento encuentro armonía.
Las fans no te deben dejar descansar mucho.
La relación con ellas es buenísima. Cada vez mejor. Viene cada vez más gente a los recitales, pero pareciera que hace 20 años vienen 20 mil personas. Lo siento así. Y nos divertimos mucho todos.
Fuente: Clarin
El cantante bahiense visitó el programa de Dady en Radio América y se animó a que cantaran a dúo. Además, habló de todo.
Abel Pintos visitó hoy el piso de Radio América para medirse en un mano a mano con Dady Brieva, quien anunció desde su cuenta de Twitter que el cantante bahiense estará en su programa.
"Si no fuera curioso, no podría ser músico", confesó en la apertura el cantautor, al tiempo que remarcó que prefiere que en los shows "haya capacidad limitada pero que todos disfruten del show, puedan escuchar y ver bien".
Acerca de haber ganado dos veces seguidas el premio Gardel de Oro, Pintos contó: "La opinión de tus colegas la tenés sólo una vez al año, y es muy emotivo sentir el visto bueno de tus colegas. Estos premios representan para mí el cariño de tus colegas".
En medio de la entrevista, Abel se despachó con un acústico con su guitarra y con el acompañamiento de la voz de Dady. "Ayudame a vocalizar", solicitó el conductor, y entonó las estrofas de "Aquí te espero" junto al músico.
Por otro lado, Abel se re refirió a los artistas que militan en política o que participan de eventos estatales: "Cuando critican a los músicos que tocan para un partido, y dicen 'ese es un ladrón', no es así, es un músico contratado para trabajar. Si el músico después del show factura, paga sus impuestos y cumple su deber de ciudadano, no importa el resto. Yo ahora estoy invitado a tocar en Chivilcoy por el cumpleaños de la ciudad, y no tengo idea de quién es gobierno en Chivilcoy, sólo pienso que voy a ir a tocar para la gente y el pueblo en su día".
"Me apena que se forme una cuestión sectorizada sobre si un artista es kirchnerista o no. Si tocás en Tecnópolis te dicen 'sos kirchnerista', y quizá no sos kirchnerista, sólo lo contrataron por tocar. Y llegado el caso, si fuera kirchnerista, ¿cuál es el problema? Está bueno que cada uno diga cómo piensa. Podés tener problemas con los kirchner, pero no con el artista", argumentó el cantautor.
"¿De qué democracia hablamos cuando puteamos a alguien que piensa distinto?", redondeó enfático el músico, al tiempo que explicó su postura política como artista: “Mi pensamiento político lo expreso en la urna. Todos los músicos tenemos una postura clara, pero mi trabajo es comunicar a través de las canciones”.
“No necesito vender nada que yo no sea"
Recién llegado de una exitosa gira por España, acaba de ganar su segundo Gardel de Oro consecutivo y está listo para cautivar a los platenses con su primer Estadio Unico con localidades agotadas
Por MARIA VIRGINIA BRUNO
En un mercado musical tan estereotipado, donde los ídolos del pop compiten por demostrar quién es más rebelde y popular, Abel Pintos dice que no le hace falta crear una imagen distorsionada entre lo que es abajo y arriba del escenario: “No necesito vender nada que yo no sea”, asegura. Cantando lo que siente, y reinventándose en lo artístico según lo que le dictan sus emociones, ha logrado llevar su música a todos los rincones del país, posicionándose como uno de los cantautores más respetados de la actualidad.
Con 30 años recién cumplidos y casi dos décadas de trayectoria artística que incluye nueve discos en su haber, irrumpió de niño en la Plaza Próspero Molina y desde entonces ha desempeñado un crecimiento sostenido, convirtiéndose en una de las voces referentes del folclore contemporáneo.
Recién llegado de su primera gira de conciertos por España, una oportunidad que se presenta como punta de lanza para desarrollar su carrera internacional, vive con “armonía” y “naturalidad” el hecho de haberse coronado por segundo año consecutivo con el Gardel de Oro, el premio más importante de la industria discográfica nacional.
Emoción, felicidad, honor y agradecimiento son las palabras que elige para definir un exitoso presente, un estado que no hace más que corroborar que su elección profesional ha sido certera porque, reconoce, “no sabría qué otra cosa hacer en la vida más que música”.
A semanas de su presentación en La Plata, Abel Pintos dialogó con EL DIA sobre las implicancias que tendrá este recital en su carrera, además de repasar su trayectoria y ahondar en su presente y las expectativas artísticas a futuro.
El 8 de noviembre te presentás en el Estadio Unico, será tu show más multitudinario y con entradas agotadas. ¿Lo vivís como una llegada o un punto de partida a algo nuevo o mejor?
Lo vivo de las dos maneras. Por un lado es un sueño cumplido y por otro es el primer paso de un circuito que pretendemos recorrer, que es el de los estadios en Argentina. Hace muchos meses se agotaron las localidades y no agregamos otra función justamente porque queremos que esta sea una primera experiencia para poder saber qué cosas tenemos que tener en cuenta, y en qué tenemos que crecer y mejorar para poder en un futuro ofrecer conciertos en estadios como un nuevo contenido artístico al público.
¿Cómo será el show?
Lo que puedo adelantar es que será una puesta escénica ambiciosa que acompañará el concepto de lo musical.
¿Qué sensaciones aparecen en la previa a este concierto?
Me genera mucha ansiedad pero no nervios, nunca me sentí nervioso en mi vida ante un concierto. Está la expectativa de estar enfrentando un momento muy emotivo en lo personal y al mismo tiempo un nuevo desafío profesional, una puerta a nuevos proyectos.
A lo largo de tu carrera has ido probando con diferentes géneros pero siempre manteniendo tu espíritu original. ¿Creés que es importante, tanto para el artista como para su público, el hecho de reinventarse?
Yo pienso que es importante que un artista pueda ofrecerle al público nuevas cosas constantemente, pero sobre todo que pueda darse la oportunidad como ser humano de encontrar distintas formas de transmitir sus emociones, porque la reinvención tiene que ver con eso, no sólo con lo artístico. Son nuestras emociones las que se están reinventando todo el tiempo, y las que nos modifican, entonces sería realizar desde la estética musical una nueva forma de comunicar tus emociones.
Empezaste tu carrera como intérprete pero en un momento la composición se te cruzó en el camino. ¿Qué fue lo que te llevó a escribir tus propias letras?
No fue premeditado, fue algo que me sucedió en una etapa de mi vida de mucha sensibilidad y de mucho autoconocimiento y un día me encontré escribiendo. La primera canción que escribí fue ‘Sueño Dorado’ y nació, no me senté a escribirla. Y hoy respeto lo mismo: espero que las canciones surjan de una necesidad de querer transmitir algo pero no me pongo a trabajar formalmente en ellas.
Si cerrás los ojos y visualizás a ese chico de 13 años que cautivó a todos en Cosquín hace ya casi 17, apadrinado por León Gieco, y mirás todas las cosas que te han pasado desde entonces, ¿qué ves?
Que pude mantener el motivo de todo esto, que es el amor por la música, más allá de que los intereses luego puedan ir cambiando y modificándose.
¿Cómo definirías tu presente?
Es un momento de mucha armonía porque de chico quería escenarios para cantar, quería públicos que me escucharan, quería estudiar música, quería dedicarme a hacer esto todo el día y todos los días, y hoy lo puedo hacer. Vivo todo con mucha naturalidad porque la música es mi forma de vida, no necesito trabajar en estereotipos ni vender nada que yo no sea, entonces eso no provoca de ninguna manera que yo tenga que pensar de otra forma que no sea como siento.
¿Imaginás tu carrera en 20 años o preferís disfrutar del ahora?
Tengo expectativas y me propongo cosas pero siempre digo que la vida termina dándote mucho más de lo que sos capaz de imaginar, disfruto mucho de todo lo que va sucediendo en el momento.
¿Cuál te gustaría que fuera el legado de tu música?
La precisión de que soy muy feliz haciendo música, la música es todo para mí, es mi vida.
¿Y si no hubieras sido músico?
Seguramente hubiera sido alguien intentando serlo.
Fuente: El dia
Abel Pintos llega a Rosario: “Siento que fui exitoso antes de la popularidad”
El cantante habla de su pasión por conversar y por qué le gusta leer a Cortázar. La excusa del encuentro es el show que ofrecerá hoy y mañana, a las 21.30, en Metropolitano (Alto Rosario Shopping).
Viernes, 17 de octubre de 2014 01:00 | Escenario
Abel Pintos llega a Rosario: “Siento que fui exitoso antes de la popularidad”
El cantante habla de su pasión por conversar y por qué le gusta leer a Cortázar. La excusa del encuentro es el show que ofrecerá hoy y mañana, a las 21.30, en Metropolitano (Alto Rosario Shopping).
—Hay canciones tuyas que invitan a otra lectura, y se corren del romanticismo, ¿el tema «Más que mi destino» tiene que ver con la reencarnación?
—(Risas) Y...en un punto sí, es que se lo asocia a una parte que dice “si me buscas y te busco/ y me esperas y te espero/ volverás, a mi lado volverás”, de alguna forma habla del regresar.
—¿Y creés en el más allá o nos metemos en un tema demasiado místico?
—Sí, no podría explicarlo bien, porque es un tema muy complejo, pero sí, creo que hay un desarrollo de las cosas en el mundo, de todo lo que existe, y nosotros somos también parte de ese desarrollo.
—Este presente te toma en pleno momento de popularidad, tu disco “Abel” es uno de los más vendidos, ganaste premios Gardel y llenas teatros y estadios. ¿Se puede decir que ya llegaste?
—Puedo decir que llegué a cumplir muchas de las cosas que me fui proponiendo, pero cada objetivo que alcanzás te sugiere otras nuevas ilusiones. Entonces, sí he llegado a cumplir muchos objetivos, pero estoy muy lejos de poder decir que haya aprendido todo lo que creo que tengo que aprender.
—Ves posible que la reencarnación puede existir después de la vida, pero ¿qué hay después del éxito?
—El éxito es un camino y no un punto adónde llegar. Me siento exitoso desde el momento en que empecé a sentir que podía dedicar todos los días de mi vida a hacer lo único que me interesa hacer. Y eso sucedió mucho tiempo antes de la popularidad.
—Imagino que habrá cosas en lo cotidiano, a partir de convertirte en una figura pública, que disfrutarás más que otras. Pero, por ejemplo ¿odiás las entrevistas?
—No, me divierten mucho, me gustan y además me parece que creo que es parte del trabajo de la música. Yo no hago canciones para que queden en mi casa, para mí mismo, hago canciones con la ilusión de que recorran el mundo, y algunas de las grandes rutas son los medios de comunicación. Y no es demagogia, pero para mí es un privilegio que me den un espacio en medios que tienen otras muchas cosas muy importantes que comunicar.
—¿Pero contar tu intimidad a un desconocido no te genera cierta incomodidad?
—No, porque hablo de las cosas que me interesa compartir y, en cambio, las que son más personales las dejo dentro de mi propio contexto.
—¿Cuando un artista se realiza en un proyecto personal, a qué le tiene miedo?
—En mi caso nunca tuve miedo, ni suelo tener miedo, suelo estar atento a tener siempre a mano, o a poder lograr tener las herramientas que necesito para expresarme de la forma más certera, digamos. Mi necesidad primaria es comunicar mis emociones, y el estar constantemente trabajando y estudiando me brinda la seguridad de que podré encontrar en el momento indicado la forma de expresar lo que quiero, expresar de la forma más certera posible dentro de mis capacidades. Entonces, la verdad es que no siento temores.
—¿Tu quiebre de lo folclórico a lo melódico te significó una lucha interna o surgió espontáneamente?
—Fue un pulso, fue natural, ni siquiera me lo planteé. También tiene que ver que mi escuela en la música es muy variada, escucho muchos géneros por igual con la misma admiración y me provoca la misma emoción, sobre todo cuando empecé a escribir mis canciones. Ahí empecé a ocuparme más de lo que quería decir y sobre todo cómo iba a decirlo. Luego, canciones como “La llave” me terminaron demostrando que el público termina haciendo más foco en qué dice la canción que en cómo lo dice. Yo la grabé como balada en su versión original en 2007, la grabé en 2012 en “Sueño dorado” con un tinte un poco más pop y volvió a ser un éxito; la grabó Agapornis y volvió a ser un éxito, la grabó Cristian Castro y volvió a ser un éxito, y la grabó Jorge Rojas y volvió a ser un éxito (risas). Entonces fue muy natural, no fue en busca de intereses y eso produjo que el público lo tome en forma natural.
—Alguna vez dijiste que querías terminar la secundaria para estudiar Letras en la facultad. ¿Por qué querés hacer esa carrera universitaria?
—Me gusta mucho leer y sé que estudiar Letras probablemente me brinde herramientas más técnicas, pero también tengo la ilusión de poder comprender más técnicamente algo con lo que tengo una conexión sentimental tan grande, como es la literatura. Es por mero gusto y curiosidad.
—¿Qué autores leés?
—Me gusta mucho la narrativa, pero leo de todo, soy como en la música: no suelo encasillarme en un género. También es parte de la enseñanza de quien me enseñó a leer como ejercicio, que fue mi profesora de Lengua en noveno grado, que me decía “lean lo que sea, el reverso del boleto de un colectivo, un folleto, y el cerebro les va a empezar a pedir solo la lectura”. Y entonces empecé por eso, pasé a las revistas y a los libros. Y no tuve una formación literaria de colegio, sino de ir a las librerías y elegir por el arte, por la sinopsis, por la tapa, porque me recomiendan algo. Entonces leo de todo.
—¿Pero elegís autores contemporáneos, textos históricos, escritores latinoamericanos?
—Me gusta, a ver, leo mucho Murakami, leo Alice Munro y mucho Cortázar. Cortázar es todo un personaje, a Murakami no lo escuché mucho en un reportaje ni me interesa, pero a Cortázar me gusta escucharlo hablar, su imagen, sus formas, su humildad, la sencillez en medio de tanta intelectualidad, pareciera que hubiese nacido sabiendo, y sin embargo habla como un tipo de un bar, un poco como Alejandro Dolina, que también leo mucho. Un tipo muy intelectual, que al mismo tiempo se sabe todas las líneas de colectivo de Buenos Aires, que demuestra que si todos tuviéramos acceso a ese nivel de intelectualidad nos convertiría seguramente en personas más felices.
—Sos disciplinado para rendir al máximo como artista, ¿qué placeres elegís, que se puedan contar, más allá de la música?
—No tiene un orden tan profesional, el hecho de que me cuide no tiene que ver todo con brindar todo bien en un escenario, sino que, vos, por ejemplo, no vas un domingo al parque con tu hija sólo porque querés que tenga un buen concepto tuyo, vas porque amás hacerlo, bueno, entonces, pasa un poco eso. Yo, en una cena, tranquilo, me tomo un vino con muchísimo placer, me gustaría poder introducirme en un conocimiento un poco más profundo del vino, porque soy una persona bastante romántica con las cosas que me gustan y me gusta profundizar porque disfruto del misticismo de las cosas, me pasa con el vino, con la buena comida, y fundamentalmente con la conversación, sí, me gusta, me interesa mucho.
—¿Y también con un fan que te pide una selfie por la calle?
—Ahí no suelo conversar porque estoy de paso hacia otro lugar, pero conversar con un taxista durante todo un trayecto me parece súper interesante.
—¿Al ser una figura pública te sentís en la obligación de ponerte alguna camiseta política, partidaria o ideológica?
—No, porque mi forma de incluirme políticamente es mi papel social, como parte de una sociedad, no como referente. Creo que todos hacemos política constantemente. Mi forma, si se quiere, es de bajo perfil. Yo doy mi voto con una inclinación política determinada que es mía y no elijo hacer bandera de eso a través de mi música. Y luego me interesa mucho mi participación social, yo hago muchas más cosas a beneficio de las que se saben, porque no me interesa que se sepan, es más importante el gesto. Esa es mi forma de sentirme parte de la política de un país, y no una cuestión partidaria.
Fuente: La Capital
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