Reportajes 2014 V













Abel Pintos: "Cumplir los 30 me hizo ver todo distinto"
A los 13 años subió al escenario de Cosquín, apadrinado por León Gieco, y su horizonte se llenó de alegrías y desafíos. Hoy cosecha premios (acaba de ganar cuatro Carlos Gardel por el disco Abel) y mira curioso lo que se viene: nuevas canciones, viejos sueños, las ganas de terminar el secundario y la emoción de presentarse, por primera vez, en un gran estadio nacional. Con ustedes, un chico que llegó lejos.
Por: 
Javier Firpo - Rumbos
 
Cuenta Abel que se terminaron sus vacaciones y con ellas “las licencias gastronómicas”, algo que le duele un poco, dice con gracia. Basta de carnes, de salsas, de copas de vino… Simplemente porque no hay nada más importante que subirse al escenario y brindar el mejor espectáculo posible, estando en óptimas condiciones: sin molestias estomacales, carrasperas, ni cansancio. Remarca que es “sumamente disciplinado” y que decidió serlo luego de haber recorrido el escenario −alguna que otra vez− sin estar diez puntos. “Soy muy autoexigente. Por un lado, quiero entregar la mejor música posible; por otro, pretendo disfrutar al mango, porque si yo disfruto, el público será el gran beneficiado”, analiza, simple y didáctico, en charla conRumbos.

¿Sos o hacés un producto?
Soy y hago un producto comercial. No es una ofensa serlo.

Vos venís presentando el disco Abel. ¿Cómo son esos shows?
Por lo pronto, prácticamente no hablo. Después de la segunda canción saludo a la gente y recién vuelvo a tomar contacto al final del show.

¿Por qué lo decidiste así?
Porque ése es el concepto del concierto. No me detengo a contar la historia de una canción o a responder lo que me puede decir la gente.

Cuando presentaste Sueño dorado (2012), ¿cómo era el formato del concierto?
Totalmente distinto. Por un lado era como un repaso de mis 15 años en el oficio; entonces, tenía sentido que hablara más explicando la historia y la época de cada canción. En cambio, Abel es mi último material y quiero que la gente lo escuche, no me interesa hablar a mí.

¿Te llevó tiempo aprender a manejar esta estructura que montaste?
Sí, claro… ¿Hace cuánto que vengo cantando? Un montón. Pero como en todas las actividades, todo es experiencia y vivencias.

Un pibe de oro
Por segundo año consecutivo, Abel Pintos fue el mayor ganador de los Premios Gardel, entregados a comienzos de septiembre. En esa inolvidable velada, el bahiense se llevó las estatuillas por Mejor Album Artista Masculino Pop (por su disco Abel), “Producción del año”, “Canción del año” (“Así te espero”) y “Album del año”. Y coronó su noche llevándose el Gardel de Oro.

¿Cuál de los cuatro Gardel te sorprendió más?
El de Producción del Año, siendo Abel mi primer disco al frente de una producción y siendo compartido con Ariel Pintos y Marcelo Predacino con quienes coprodujimos juntos hace ya muchos años.

¿El de Oro no?
Bueno, también, porque realmente es muy difícil que se dé la situación de ganarlo dos años seguidos. Francamente no lo esperaba…

¿Cuánta importancia le das a los premios cuando los ganás y cuando no?
Es muy significativo porque, a través de los premios, recibís la opinión de tus colegas, trabajadores de la industria y especialistas de la crítica, del mismo modo que las recibo del público en los conciertos.

El 8 de noviembre vas a cantar en el Estadio Unico de La Plata y en junio se agotaron todas las entradas…
(Interrumpe) Si me vas a preguntar si estoy sorprendido, sí, absolutamente. Tenía expectativas después de meter 40 mil personas en el Luna Park al cabo de siete recitales, pero no imaginaba tanto.

¿Temiste que fuese un lugar demasiado grande?
Por supuesto. Siempre pasa ante semejantes desafíos.
Mucha luz: En los Carlos Gardel, el bahiense arrasó con cuatro galardones.
Foto Martin Bonetto
Sobre todo al ser la primera vez en un estadio de un artista de música popular.
Totalmente. Porque tocaron La Renga, el Indio Solari, Calamaro… todos hicieron grandes estadios.

Sí, pero ellos actúan una o dos veces por año.
Eso es cierto, yo toco muchas veces a lo largo del año.

Con todo lo bueno que te está pasando a nivel profesional, ¿sentís que la vida te está devolviendo algo, o premiando con este presente?
Soy lo que soy gracias a la música, porque me vinculo con ella desde muy chico. La música me fue formando y yo decidí seguirla. Este presente no es otra cosa que una oportunidad más para seguir aprendiendo como persona y luego como cantautor.

¿Hay algo difícil en un gran momento artístico como este?
Quizá saber administrar las emociones que todo esto me genera. Es muy conmovedor saber que las entradas para un show se agotaron cinco meses antes de presentarme. Entender ese fenómeno no es una pavada, al menos para mí…

¿El psicólogo ayuda?
Por ahora no voy, paso…

¿Te presiona esa situación?
Es una linda presión. Pero hay que estar atento y manejarla.

¿Nunca temiste a la famosa "página en blanco" de los artistas?
Sabés que no… Yo me siento a escribir sólo cuando tengo una idea. Y vengo atravesando una etapa de inspiración que me permite, por ahora, tener facilidad para expresar lo que me interesa.

¿Tenés una técnica para componer?
Tengo herramientas. Manejo palabras, metáforas y tengo esa llama encendida para volcar todo al papel. Te digo más: nunca me senté a escribir una canción, sino que la letra salió de mí pidiendo pista, casi sin pedir permiso.

¿Sos un lector asiduo?
Uff, leo un montón, soy un glotón de la lectura. Una vez Víctor Heredia me dio un gran consejo: “Escribir canciones te va a renovar como artista y vas a ayudar a que se renueve el repertorio popular. Pero sobre todo, leé mucho. Porque llegará un momento en que tengas mucho para decir y no vas a saber cómo hacerlo por falta de palabras”. Me pareció estupendo.

Raúl Lavié te descubrió, León Gieco te apadrinó y la Negra Sosa te inspiró. ¿Fueron ellos los más representativos para vos dentro de la música?
Si hablamos de figuras públicas, sí. Son ellos quienes me han avalado, los que han confiado y los que más me han enseñado. Pero hay un montón de gente anónima que me rodeó, igualmente valiosa.

El alma, el amor, el espíritu y la fe suelen ser los temas que tocás en tus canciones. ¿Decidiste instalarlos definitivamente en tu repertorio?
Son los temas desde donde yo elijo desarrollarme cada día. Me gusta hablar del amor y de la fe, y tengo muchas cosas todavía para decir. Sinceramente creo que el amor es la raíz de todo lo que hago. No quiero caer en clichés ni en frases "piensalindistas", pero estoy convencido de que todo surge del amor.

¿Sos creyente, religioso?
Soy creyente, no religioso. Soy un hombre de mucha fe, creo en Dios, en la Virgen, en Jesús, dos imágenes muy fuertes en las que tengo una profunda creencia, como también en el Gauchito Gil. Respeto a todo el mundo y admiro a quien cree en algo de manera convencida.

¿Terminaste el secundario?
No, me falta un año y estoy viendo si puedo terminarlo el año que viene, me molesta tenerlo pendiente. Además, mi idea es estudiar Letras en la facultad y no quiero demorarlo mucho más. Ya tengo 30 años.

¿Qué diferencias notás cuando hacés un show en las provincias o en Buenos Aires? ¿Cómo es la mirada del artista hacia el público?
La Argentina es muy amplia. No es lo mismo Córdoba que Mendoza o Tucumán. Hay idiosincrasias diferentes: las de Salta, Comodoro Rivadavia o Bahía Blanca. Es más, he visto reacciones antagónicas en ciudades cercanas y de la misma provincia. Me pasó puntualmente en la ciudad de Córdoba y en Villa María, a 140 km de distancia. Pero más allá de las diversidades, me encanta descubrir las reacciones del público, que siempre sorprende.
¿Cuán importante fue para vos escribir tus propias canciones, teniendo en cuenta que durante años interpretaste covers?
Fue fundamental, un antes y un después en mi carrera. Escribir, musicalizar y presentar mi primera canción, “Sueño dorado”, fue un flash, un viaje divino. Escribir una canción, que te da una apertura emocional sin precedentes.

¿Cuánto tiempo te llevó escribirla?
Unos quince minutos, lo que sigo demorando hoy. Una vez que nace el impulso, lo demás viene rápido.

¿Algún escenario significativo en tu intenso recorrido?
Creo que el más potente de mi carrera es el de Cosquín, mi primer gran escenario y el más soñado por cualquier músico popular. Allí viví distintas etapas, rodeado de artistas admirables. Tampoco puedo olvidarme de aquellos primeros escenarios montados sobre pallets, en mi querida Bahía Blanca.

Con todo lo que has logrado, ¿te cuesta ahora fijarte objetivos?
El tan temido “¿y ahora qué?” (risas). Por suerte, tengo varios objetivos en mente. Uno es terminar el colegio, como ya dije; otro, consolidar mi carrera en el exterior tomando como base la gira que hice por España en septiembre. Un gran desafío.

¿Por qué?
Porque el público es otro. Otra cultura, otro acento, otros estímulos. Entonces tengo que pensar por dónde entrarle. Y ni hablar de lo que significa tocar en un estadio como el de La Plata, que me tiene superexcitado. Realmente es un gran salto montar ese espectáculo.

Flor de objetivos…
Enormes, pero son a corto plazo. Todavía me queda mucho por aprender y vivir. Si bien estoy curtido en muchas cosas, en otras me siento muy adolescente.

En mayo cumpliste 30 años. ¿Cómo te cayó el cambio de década?
Fuerte, movilizante. A partir del 11 de mayo empecé a ver todo distinto. Perdón, pero es algo muy interno, no sabría cómo exteriorizarlo.

A los 50, ¿te ves como un León Gieco?
No soy de proyectar tanto. Creo que me sentiría limitado. Sí te puedo decir que me veo dedicado a la música hasta el último día de mi vida.

Sos de los que piensan que morir en un escenario es la “mejor muerte” posible para un artista…
Lo pensaba, de verdad (risas). Decía que quería que mi último suspiro fuera en un escenario… Ahora no. Es que pienso un poco más allá y considero que puede ser muy traumático, ¿te imaginás? Qué garrón para el público. 
 

Abel Pintos: “Cerati me inspiró a reinventarme en cada disco"

Por Nadia Barreiro – Diario Popular

Ganó por segunda vez consecutiva el Gardel de Oro, disfruta de una gira por España y en noviembre lo espera el Estadio Único de la Plata en el marco de su gira por el disco Abel. Aún, dice, le queda mucho para aprender y dar.

ue el primer artista argentino en ganar dos veces consecutivas el Gardel de Oro. Actualmente está cumpliendo el sueño de tocar en España (una gira que incluyó, por ejemplo, localidades agotadas en Barcelona con días de anticipación) y el 8 de noviembre lo espera el Estadio Único de La Plata. Allí, como era de esperar, tampoco han quedado lugares vacíos.

Abel Pintos es sin dudas uno de los referentes musicales del momento. Premiado recientemente con cinco premios Gardel por su álbum Abel (a Mejor disco artista masculino pop, Producción del año y Canción del año por Aquí te espero, además del Oro), proyecta una carrera en ascenso y si bien ya ha llegado lejos, se plantea como una persona enriquecida en desafíos.

"Me quedan muchos sueños por delante porque me queda mucho por aprender. Mientras yo tenga cosas que aprender, voy a tener cosas para poder ofrecer", dijo luego de ganar el Gardel de Oro, y feliz, con todas las estatuillas en brazos. "Lo digo sin ningún tipo de vanidad. Es que me considero adolescente de mucho conocimiento todavía", aclaró luego con la humildad que lo caracteriza, e inmediatamente adelantó lo que se viene.

-¿Cómo te preparás para el show de La Plata?

-Me preparo con muchas expectativas. Por un lado va a ser llegar a cumplir un sueño , y por otro lado, será el inicio de un camino nuevo que trataremos de desarrollar con el próximo disco como circuito de estadios. Con este disco, con Abel, decidimos pasar de teatros a estadios cubiertos. Eso ya era todo un desafío. Planteamos el recorrido de estadios para el próximo disco y esto va a ser una excelente experiencia.

-¿Tenés pensando cómo será el próximo álbum?

- No solemos programar qué hacer con mucho tiempo de anticipación. Cuando llega el momento compartimos con los productores un poco en qué momento estoy, qué quiero decir y ellos aportan su propio paisaje. Uno busca hacer siempre el álbum de su vida y de alguna manera cada álbum es una etapa de la vida. Yo no sé cuánto tiempo voy a estar viviendo en esta tierra, en esta vida hermosa, entonces para mí la vida es esta etapa, y en esta etapa ya fui premiado. En la siguiente veré como resulta todo, con el nuevo disco y demás.

-Justamente en Abel vos te autoprodujiste (N. de la R: en colaboración con Ariel Pintos y Marcelo Predacino). ¿Cómo fue la experiencia?

-En lo particular fue muy laborioso, porque trabajar en un estudio es complejo. Autoproducirse es muy peligroso porque uno puede perder objetividad y por eso fue muy valioso poder trabajar con Marcelo y Ariel como productores. Les dije que quería que me acompañaran en esto porque sabía que no me iban a permitir perder esa objetividad que puede correr peligro cuando uno se autoproduce.  Así que ahí están fortaleciendo y sobre todo reproduciendo mis ideas. Porque yo no hago otra cosa que ir y tirar ideas y ellos que son más productivos y saben agarrar instrumentos e ir para delante con eso y leer mi mente y mi alma también.

- Más allá del reconocimiento del resto ¿Cuál es la valoración personal que hacés de los premios en particular y de tu carrera?

 -Si tuviera que hablar fríamente y objetivamente, siempre admiré a los músicos que se reinventan disco a disco. Entonces me puse un poco ese objetivo con mi música: hacer siempre discos que tengan este doble desafío, primero el de cambiar, de ir un pasito más adelante en mi propio camino, pero al mismo tiempo mantener un hilo conductor que sostenga ciertas características que el público pueda reconocer en a uno a través de los discos (o que me pueda conocer más que nada). De alguna manera siento que lo que se premió es eso. Si yo hubiese tenido que darme el premio de Oro a mí mismo lo hubiese hecho por esa cuestión.

-Competiste nada menos que con Babasónicos, Tan Biónica, Fernando Samalea y Calamaro.

-Sí. No sé si me lo merezco o no porque los otros discos son discos enormes que yo mismo escucho todos los días de mi vida. Por eso el abrazo en la ceremonia con Andrés, o darle la mano a Adrián (Dárgelos), a los chicos de Babasónicos y los de Tan Biónica. Los admiro mucho porque  aprendo a hacer canciones con ellos también. Son personas que hacen melodías y discos enormes. Es un honor para mí haber ganado el Oro compartiéndolo con ellos.

-Los Premios Gardel fueron especiales por la muerte de Gustavo Cerati. ¿Qué te dejó él?

-Gustavo es uno de los artistas, justamente, que me inspiró a lo que comentaba antes: a esto de reinventarse en cada disco, a que por mejor que le vaya a uno con un álbum, no querer repetir las formulas, porque incluso un ser humano no tiene fórmulas y es cambio constante. Pretendo honrarlo siguiendo ese camino. 






 
 







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