Una dulce voz, como en casa Así se siente el cantante y compositor Abel Pintos cuando viene a Salta y lo demostró en tres conciertos íntimos que ofreció en el Teatro del Huerto.
Íntimo por lo cercano de Abel con el público y por como lo vivió la gente, porque si de cantidades se trata, el teatro se colmó día tras día.
Anticipó que regresará antes de fin de año, con más funciones o a un lugar más grande, dado la cantidad de gente que quedó afuera.
Pintos presentó sus últimas canciones del nuevo disco “Re-evolución” y realizó un repaso por los temas más exitosos de su carrera, mucho de los cuales son de su autoría y de su hermano Ariel Pintos, también músico de la banda que lo acompaña.
Cada canción fue coreada por un público mixto y entusiasta que lo siguió cada noche, especialmente con clásicos como “Por una gota”, “La llave” y “Bailando con tu sombra (Alelí)”, la recordada canción escrita por Víctor Heredia que lo consagró a nivel internacional a través de las dos Gaviotas de Plata, por Canción Ganadora y por Mejor Intérprete en febrero de 2004 en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar.
Además se ofrecieron sorpresas desde el escenario, la más destacada de ellas fue la presencia del gran cantante que le dio Salta al mundo como lo es Juan Fuentes, de Los Huayra, en el último concierto.
Luego de recorrer grandes escenarios del país como Cosquín, Villa María y la Serenata a Cafayate, presentarse en Salta le permite al artista sentirse como en casa, donde entre canción y canción no faltaron anécdotas, risas y la participación de la gente.
Cuenta en su haber con los discos “Para cantar he nacido” (1998), “Todos los días un poco” (1999), “Cosas del corazón” (2001), “Sentidos” (2004), “Reflejo real” (2005), “La llave” (2007) y “Re-evolución (2010).
Aparte de los premios de Viña, recibió el premio Consagración Festival de Cosquín, Argentina, 2008; mejor álbum folklore alternativo en los Premios Gardel, 2008; premio Revelación en el Festival de Baradero, Argentina, 2002 y premio Revelación en el Festival Jesús María, Argentina, 2001.