Con una multitud que coreaba cada una de sus canciones, Abel Pintos se presentó en la primera noche del Festival de la Salmanca.
El vallado perimetral que separa la sección de plateas se vio desbordado cuando bajaron desde el escenario las primera palabras de Abel Pintos. Una cantidad inusual de adolescentes y no tanto se desprendieron de sus lugares y se acercaron, mientras pudieron sortear los controles de seguridad, hasta el escenario a sacar fotos, cantar y saltar con los acordes de la guitarra acústica de Abel.
El show resultó ajustadísimo en el sonido, dos guitarras (una de ellas la de su hermano), bajo y batería que se fusionaron para hacer un sólido soporte a la voz cada vez más cuidada de Abel Pintos. Desde sus primeros años en que se lo vio dando sus primeros pasos hasta ahora la brecha del profesionalismo se acentuó, junto a la maduración como artista. Ahora se lo ve más firme en el escenario, dando y mostrando libertad de creación, sosteniendo al público con cada gesto, cada canción que el mismo público coreaba de memoria, como si rezaran una plegaria a un cielo que estaba mucho más cerca, con una guitarra colgada y su cabellera rapada.
El mismo León Gieco se sentía contento y orgulloso de que Abel, aquél a quien él había descubierto, esté ahora en este escenario ya consolidado como un gran artista. Abel Pintos ya es un artista maduro y el público está decidido a demostrárselo en cada presentación.
Ricardo Cardone - Radio La Quebrada
Enviado especial
Abel Pintos hizo delirar a las chicas del Jacinto Piedra
León Gieco y Abel Pintos deleitaron al público en "La Salamanca"
Más de 20.000 personas se deleitaron esta madrugada con las canciones de León Gieco y Abel Pintos, que sobresalieron en la apertura de la 20ma. edición del Festival Nacional de La Salamanca, en la localidad de La Banda, a 7 kilómetros de la capital santiagueña.
Una variada cartelera, en el escenario Jacinto Piedra del estadio de fútbol del Club Sarmiento, volvió a cautivar e hizo vibrar a santiagueños y turistas que colmaron la capacidad hotelera y gastronómica de la denominada "cuna de poetas y cantores".
Durante la apertura del Festival a beneficio de instituciones de bien público de La Banda, también acapararon la atención del público Los Carabajal y el dúo Coplanacu, con un variado repertorio, en el que primó la chacarera.
El encuentro proseguirá esta noche con la actuación estelar de Soledad y una cartelera que se completa con Sergio Galleguillo, Horacio Banegas y Alfredo Ábalos, entre otros.
Para la jornada sabatina se anunció la presentación del santiagueño Leo Dan, que retorna a La Banda después de 20 años; Alberto Plaza y Raly Barrionuevo.
Esa misma noche actuarán Los Manseros Santiagueños y el ballet de Juan Saavedra, popularmente conocido como "El bailarín de los montes".
Según la leyenda, "la salamanca" es un lugar ubicado en lo más oculto e impenetrable del monte entre los breñales de difícil acceso, cuya entrada conduce a una cueva amplia, a la cual concurren quienes tienen la intención de aprender de manera rápida y eficiente, del día a la noche, la ejecución de instrumentos.
También, se la relaciona con maneras inequívocas para conquistar a las mujeres; gozar de los placeres; conseguir un buen pasar sin mucho esfuerzo, a cambio de lo cual firmarán un contrato, un pacto con Zupay "el diablo".
En Cuentos y Leyendas Santiagueñas de Chíngolo Suárez, se indica que "Zupay concede los pedidos, previo paso por ´La Salamanca´, a los que posteriormente se deberá pagar con la vida de un familiar que el salamanquero cederá al diablo o la suya propia que será entregada a soportar los infortunios del mal"
Fuente: LV7
Era casi la 1.30 cuando los locutores anunciaron el plato fuerte de la primera velada: León Gieco. Fiel a su estilo, discurso e indumentaria (siempre vestido de negro en sus actuaciones) el hombre de Cañada Rosquín empezó a desgranar parte del espectáculo que viene presentando en distintos escenarios de la Argentina.
La particularidad fue que invitó a cantar el himno del rock nacional, “Sólo le pido a Dios” a los integrantes bandeños de Mundo Alas, el grupo Ojos de Cielo, lo que constituyó la apertura de los homenajes. Éste estuvo destinado a su extinta amiga, Mercedes Sosa.
Con el acompañamiento de Las Guitarras del Amor les siguieron los tributos a Antonio Tormo, Jorge Cafrune, Violeta Parra, Atahualpa Yupanqui y Víctor Jara, a los que dedicó diferentes temas.
A mitad del show todo cambió. El ritmo se modificó abruptamente con la presencia de Andrés Giménez y D-Mente. Apareció entonces la faceta roquera de Gieco y el estadio estalló. Pura adrenalina arriba y abajo del escenario.
Después, Los Carabajal, una marca distintiva de la ciudad, presentaron su último trabajo, “Sin Fronteras”. Durante su espectáculo rindieron un sentido homenaje a Koli Arce, mentor del Quinteto Imperial.
No dejaron pasar la oportunidad para invitar al intendente, Héctor Ruiz, a sumarse a ellos para interpretar dos chacareras.
El otro momento trascendente de la noche fue, en particular para la platea femenina, cuando Abel Pintos pisó el Jacinto Piedra. Presentó algunos temas de su última producción, Revolución y otros clásicos de su repertorio, por el que recibió su primer Disco de Oro en el último Festival de Cosquín.
Bien entrada la madrugada cantaron Los Nombradores del Alba (integrado por Nacho; Daniel y Facundo Toro), quienes rindieron al inolvidable Daniel Toro y a los Cantores del Alba, grandes referentes del folclore argentino.
El Dúo Coplanacu engalanó la fiesta con sus consagrados y reconocidos temas, que sus fieles seguidores siempre desean escuchar.
En el cierre, cuando las primeras gotas del aguacero matutino se presagiaban, se presentó “El Duende” Garnica, poniéndole un broche de oro a una primera noche de Salamanca inolvidable.
El liberal
Subio Abel Pintos
El joven pero experimentado artista ahijado de quien lo precedió en el escenario León Gieco, acaba de subir hace instantes para brindar su función y ya levanto de sus asientos a toda la concurrencia del Festival de La Salamanca.
Los flashes fotográficos crearon una especie de efecto especial paralelo al de la organización, el duende salamanquero esta haciendo de las suyas en la cuna de poetas y cantores.-
La Gaceta:
El día de la apertura, más de 20.000 personas se deleitaron con las canciones de León Gieco y Abel Pintos, cuyas presentaciones sobresalieron en el inicio de la edición número 20 del festival. Durante la primera noche del evento, organizado a beneficio de instituciones de bien público, también acapararon la atención del público Los Carabajal y el dúo Coplanacu, con un variado repertorio, en el que primó la chacarera.
Cinco artistas hicieron bailar a todos los salamanqueros
Cada noche tuvo su referente indiscutido en cuanto a las preferencias, pero a la hora de bailar se impusieron los temas de Morelo, Pintos, Leo Dan, Gieco y Soledad.
El público se identifica con un artista por diferentes motivo, pero sólo unos pocos elegidos pueden movilizarlo hasta hacerlo bailar y acompañar con palmas durante toda su actuación.
En las cuatro primeras noches del Festival de La Salamanca lo consiguieron cinco artistas por su habilidad para vincularse con la gente o por lo pegadizo de sus canciones. Ellos se llevaron el reconocimiento de la gente que no quería que se fueran del escenario.
Quienes “hicieron bailar” a personas de todas las edades fueron Marcela Morelo, quien en la madrugada del lunes desplegó todo su encanto y profesionalismo como para asegurarse otra participación en la fiesta salamanquera.
Apenas pisó el escenario Jacinto Piedra, ella lanzó esta apreciación: “Éste es un festival impresionante, se respira folclore y principalmente chacareras. Por ello, cuando nos convocan, aún cuando nuestro repertorio se base en otro estilo, sentimos un gran placer y renovamos este desafío de venir y hacerlos disfrutar de nuestro trabajo”.
Entabló una comunicación tan especial con el público que era casi sorprendente ver con las manos en alto a niños, jóvenes y adultos, en una misma sintonía.
En la jornada de apertura sucedió algo similar, aunque no tan marcado, cuando se presentaron en distintos momentos Leon Gieco y D-Mente primero y luego Abel Pintos.
Hacer parar a la gente y tararear los temas que el artista entona es simplemente maravilloso para los protagonistas de esa suerte de romance invisible.
La noche siguiente fue “El tifón de Arequito”, Soledad, la que se encargó de hacer delirar a sus fans, los que lograron contagiar esa energía positiva a quienes estaban a su lado en el estadio sarmientista.
El sábado fue el regreso apoteótico de Leo Dan, que luego de tres décadas retornaba a un escenario en La Banda. Pero la magia estaba intacta y aquellas viejas canciones que marcaron una época para más de una generación movilizaron a personas de todas las edades.
Un párrafo aparte merece el violinista bandeño Néstor Garnica, quien apenas arrancó con su actuación en la madrugada de ayer originó que numerosos jóvenes se dispusieran a bailar en el campo de juego de Sarmiento.